Maracaibo — Hace 183 años esta representación de la madre de Jesús se le apareció a Santa Catalina Labouré, una humilde religiosa vicentina. Vestida de blanco, el color de la pureza, tal como su alma se refleja en sus devotos con los favores concedidos.
La Virgen de la Medalla Milagrosa tiene sus brazos abiertos y de sus manos brota una luz que sus fieles definen como «bendita». A 183 años, la Patrona de Haticos aún recibe sus besos y escucha las súplicas de quienes enaltecen su fe y entonan una oración.
En el Zulia y en otros países como Francia, El Salvador, Perú y Canadá, se celebra el día de la Virgen Milagrosa, como muchos le dicen.
El globo que se ve a los pies de la Virgen representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular. Los rayos de sus manos simbolizan las gracias que derrama sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no piden.
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Fotos: Rafael Parra
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