El denunciante poseé un puesto que consta de una mesa en la que comercializa diferentes productos como café, cigarro, galleta, arroz y azúcar en la Avenida 5 de Julio.
Maracaibo- El Sr. José Gregorio Chávez Soto visitó las instalaciones del Diario Qué Pasa para denunciar el constante atropello al que es sometido diariamente cuando se dispone a ganarse la vida como vendedor en la Avenida 5 de Julio.
Soto revela que todos los dias se enfrenta a una condición «realmente fatídica» al momento que empieza a trabajar para llevar algo de cómida a su hogar. Desde acoso, hasta bullying y persecución denuncia que se le es aplicada en cada institución de la Avenida 5 de Julio.
Historia de su llegada
«Yo llegue a 5 de julio a servirle a mi Dios a mi rey. Me puse de vendedor ambulante para poder llevar sustento a mi hogar», precisó.
«Un señor que se llama Wilfrido y que trabaja en el edificio de Digitel como vigilante y además trabaja como conserje en el edifico Claven se ofreció a guardar la mesa con la que yo trabajo», dijo.
«Al tiempo me empezó a explotar, me explotaba mucho, como por ejemplo, cobrar vacuna, razón por la cual yo tuve que salirme de ahí ya que me extorsionaba con dinero, comida, café», informó.
«Yo me retiré de ahí. Pero quedó ese grupo de gente que quiere adinerarse del sufrimiento de otros».
Implicados
«La mesa era de la iglesia de San Jose, ahí el señor Carlos (que vende agua dentro de la iglesia) me dio el permiso. aunque es el San Cristan el que tiene el poder para decidir sobre las pertenencias de la iglesia. Entonces yo como me había salido y la mujer del señor Wilfrido iba a trabajar, yo tenia que pagarle los pasajes. yo viendo la situación de que no podía comer porque no me alcanzaba, todo se lo llevaban, tuve que retirarme. A este señor no le gusto mi decisión», aseveró Chávez.
Objeto de Bullying
«El (Wilfrido), me empezó a llamar gay repetidamente y yo le dije que nosotros no tenemos derecho a juzgar si no a perdonar. A el no le gusto todo lo que paso y empezó con el bullying. Esta señor que además involucra con el San Cristan, me agredieron alguna vez golpeandome en el pecho y hasta partieron el filtro donde yo vendía el café», objetó.
«Me dan la patada por odio, porque y que yo tenia que darle a su mujer los pasajes para ir a trabajar. Eso paso hace un año como a las 6 de la mañana, cuando todo estaba oscuro. Todo tiene que ser cordial, si ella a mi me dice que si le puedo prestar el dinero, yo con todo gusto lo hago».
Acoso y persecución
«Yo tenia como dos o tres meses trabajando allí. Estaba y estoy bajo presión de el, es un acoso, el me sigue extorsionando y amenazando», refirió Soto.
«Fui dos veces a denunciar a la policia el caso y nunca me atendieron», denuncio el vendedor.
«Este señor la tiene aplicada conmigo, porque al resto de los vendedores no les hace nada». Además, Soto Chávez se autodenómino como una persona que ayuda a los demás sin importar su color. “Sin conocer prácticamente a nadie, yo ayudo a la gente, si no tienen pasajes yo se los doy, si no tienen comida les regalo”, aseguró.
«Pido a la intendente que atienda mi caso, y deje de hacerse la vista gorda».
«Mi denuncia es contra el vigilante Wilfrido del cual desconozco su apellido. Incluso casi todo el sector, porque los mismos maestros del colegio le han creído a el todas las barbaridades falsas», manifestó.
«A raiz de todo este problema también están involucrados en caso del bullying los trabajadores del BOD, sobretodo las mujeres. Yo solo pido que me dejen trabajar en paz», aclaró.
«Pido que alguien ayude, hasta los niños del colegio me insultan, me señalan, la presión de la gente del sector es grande», culminó.
Parte de los implementos de trabajo que utiliza José Soto para laborar día a día.
Fotos: Wilfredo Cure
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