Niegan ser los protagonistas de robos, «cobrapeaje» y saqueos en la ciudad

La Resistencia sigue en las plazas e indican que no se irán

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16 de julio, 2017 - 5:59 pm
Herwin Godoy / [email protected]

No pertenecer a ningún partido, jamás cortar un árbol para trancar calle y no robar son tres de las normas de convivencia de sus miembros

Fotos: Haroldo Gutiérrez

Maracaibo – Veintiuno en la plaza Scout, 20 en la plaza Rotary, ocho en la plaza La Merced, son la cantidad de días que tienen tres grupos de jóvenes en la zona norte de la capital zuliana, en «protesta activa» como ellos lo definen, contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro y varias de sus políticas económicas y sociales

¿A qué partido pertenecen? Preguntamos al rompe, y responden clara y rápidamente al rompe; «a ninguno», ¿quién les paga por estar aquí? «Nadie»

Esas son las respuestas que dan en medio de miradas desconfiadas y de toses fingidas que dejan escapar la frase; «no confío», esto ante un equipo reporteril que se identifica solo con un carné, una libreta y un bolígrafo, intenta anotar con rapidez todas las ideas que salen de sus bocas una vez roto el hielo inicial.

«Nosotros estamos aquí para que los que nos ven no se olviden de la lucha que tenemos para rescatar a Venezuela de este Gobierno y de sus decisiones arbitrarias, como la ANC, por ejemplo —indicó Fernando (nombre adjudicado en la lucha, no es el de pila)— y no nos iremos de aquí hasta que no tengamos la garantía de que Venezuela es libre» continuó el coordinador de seguridad de los acampantes de la plaza Scout, ubicada detrás de la iglesia La Merced, mientras pintaba un afiche más de protesta que se sumaría a los más de 20 que se ven regados en el lugar.

Al preguntarle qué partido o partidos políticos le apoyaban en su denominada «lucha» a coro los cinco jóvenes que se encontraban «de guardia» respondieron «ninguno, esa es la primera regla para pertenecer a nuestras filas, ninguno de nosotros es miembro de las filas de algún partido político somos independientes y así nos quedaremos», enfatizaron.

Sin ayuda de nadie y con ayuda de todos

Mientras mostraban con orgullo los afiches, sus escudos y demás elementos de la protesta en el lugar, pero no sus rostros, «por seguridad» dicen ellos, los muchachos de la resistencia, como se hacen llamar los tres grupos, recalcaban que se mantenían en esos espacios gracias a la ayuda de sus familias, de la sociedad civil y de algunos comerciantes de la zona.

«Vamos al baño en nuestras casas o en alguna de las casas del sector, logramos comer porque nuestras familias y vecinos nos dan alimentos e implementos para sobrevivir, pues apoyan nuestra causa», señaló otro de sus miembros, mostrando su gorra tricolor, mientras limpiaba su frente.

«Muchas personas vienen y nos traen pintura, cartón, cartulina para que sigamos creando afiches de protesta y nos dan sus palabras de aliento», dijeron.

Sin ladrones en su filas

Otra de las normas de convivencia que tienen los tres grupos es el expulsar a cualquiera que se dedique a robar o cobrar peaje, «los que nos conocen saben muy bien que no estamos para pedir peaje ni robar, a todo aquel que lo agarramos en eso lo expulsamos inmediatamente, porque por ellos nos tildan a todos de malandros y no lo somos».

«Hace poco recuperamos todos los artefactos que le robaron a un negocio de los que están cerca de aquí, y hemos evitado que el hampa común robe al señor que vende frutas en la esquina, pues, si queremos una Venezuela libre también queremos una Venezuela segura», añadió Fernando.

Ecológicos y con guardia

En los tres puntos de convivencia tienen horarios para descansar, los que deciden permanecer en el campamento duermen allí en sus turnos reglamentarios, bien sea en las carpas o en medio de sus compañeros que permanecen despiertos, aunque siempre hay otros que deciden descansar en sus casas y volver para no dejar el punto solo en la guardia que les toca, eso cuando no tienen clases en la universidad, si este es el caso reparten sus horarios para cumplir con sus deberes universitarios, o por lo menos es lo que profesan a viva voz.

«No podemos dormir y bajar la guardia, tenemos que evitar que nos agarren por sorpresa, ni los políticos, ni el Gobierno, ni colectivos (grupos violentos de respuesta), ni los malandros», enumera Carlos de la plaza de la iglesia La Merced, aunque confiesa que hasta los momentos no han enfrentado ningún episodio que les obligue a levantar sus campamentos por parte de ningún cuerpo de seguridad del Estado.

«Nosotros no podemos decir que el Gobierno regional se ha portado mal con nuestros campamentos a pesar de que estamos bastante cerca de la residencia oficial» —frente a la iglesia del Corazón de Jesús—, dijo María, que a leguas se notaba que llevaba la batuta del grupo más numeroso de la resistencia, aunque sí enfatizó que en varios momentos del día camionetas que ellos identifican como del Sebin dan sus rondas de «reconocimiento». Señalaron también que durante las noches algunos autos se paran frente a la plaza con música a todo volumen como para evitar que puedan dormir.

Antes de retirarnos nos entregaron los panfletos de propaganda que dan a los transeúntes sobre la consulta de hoy y sobre las maneras de trancar la calle sin dañar los árboles, pues esta es la tercera regla para pertenecer a este grupo, no dañar a la naturaleza.

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