Foto: Carmen Salazar
San Francisco– A partir del mediodía centenares de muchachos salen de las aulas de clases del colegio Elio Evelio Suarez Romero, ubicado en el kilómetro 14 de la parroquia Los Cortijos.
Los siniestros ocurridos en la zona por arrollamiento son comunes, según refieren los propietarios de locales de comida dispersos en el lugar.
La carretera es una guillotina, dijo Alejandra Perdomo, madre de una alumna de bachillerato, que acude diariamente en busca de su hija por temor a los «locos del volante» que transitan la arteria vial. La referida carretera es paso obligado para transportes de carga y gandolas que viajan hacía Perijá, Machiques y Táchira, por lo que estos pasan a velocidades que, en ocasiones, sobrepasan los límites.
A pesar de las medidas adoptadas por las comunidades, en colocar los llamados “policías acostados” para obligar a reducir la velocidad a los conductores, los sucesos siempre están a la orden del día.
Comente