Odebrecht, Venezuela y Estados Unidos con China serán los primeros asuntos de carácter regional que discutirán los jefes de Estado en procura de la estabilidad política y económica de América
Foto: Agencias
Lima – El objetivo que se han planteado los principales líderes de Latinoamérica es arreciar la lucha contra la corrupción. La principal preocupación de los gobiernos del continente se centra en que ese flagelo ha frenado el crecimiento económico de la región.
Pero la agenda va mucho más allá. Ahora que inició la VIII Cumbre las Américas en Lima, Perú, los gobiernos sudamericanos juegan en varios tableros. Dos de ellos son Venezuela y Odebrecht.
La crisis económica, política y social en el país, junto al escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, que también salpicó a Venezuela, cobra fuerza como el debate que más será puesto sobre la mesa en esta reunión de líderes mundiales.
Asimismo, se encuentra Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, canceló a última hora su visita a la cumbre. Aun así, la potencia norteamericana tratará de frenar la creciente influencia de China en Latinoamérica, la cual se ve amenazada por el intento de guerra comercial que EE.UU. podría iniciar contra México en el marco de la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que podría afectar las operaciones comerciales de países como Colombia, Brasil, Argentina y Venezuela.
Tras la primera sesión, celebrada ayer, los cancilleres de los países invitados negociaron la firma del llamado Compromiso de Lima «Gobernabilidad Democrática frente a la Corrupción», documento que será suscrito por los jefes de Estado el próximo sábado, informó la Cancillería de Perú en un comunicado.
En primer lugar, hoy se comenzará a discutir el tema de Odebrecht, cuya red de corrupción se extendió a Venezuela y Perú, principalmente, dados casos en los que involucra al gobierno del presidente Nicolás Maduro y provocó la dimisión del expresidente peruano Pedro Pablo Kuczynski,.
Entretanto, Venezuela será abordado como el punto central de la Cumbre en paralelo al brote de corrupción en la región. Mike Pence, vicepresidente de EE.UU., acudió para pedirle a sus aliados latinoamericanos que presionen al presidente venezolano (que no está presente en la Cumbre) para que realice reformas y correctivos en la economía con el fin de calmar las tensiones que crecen en el país antes de las elecciones presidenciales del 20 de mayo.
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