Santos, Zuluaga y las FARC a segunda vuelta

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29 de mayo, 2014 - 12:18 pm
Redacción Diario Qué Pasa

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El mundo sigue dando vueltas alocadas hacia el universo de las definiciones. Hay una trama de aparente caos, donde fuerzas de diverso carácter se mueven como en un mar agitado bajo cielo de tormenta. La rueda de la historia gira y gira, y produce sacudones de todo tipo.

En nuestra vecindad, todo el mundo está pendiente de Colombia, donde dos fuerzas de derecha se baten y, para despecho de quienes ignoran el juego enrevesado de las contradicciones sociales, los sectores de izquierda del continente favorecen en general a una de las dos opciones.

La posibilidad de un triunfo del uribista Zuluaga, en segunda vuelta, genera angustia en los factores de avanzada, especialmente en Venezuela, dada la situación nacional actual. De entrada, el regreso del uribismo al poder significaría el cese de las negociaciones de paz con las FARC, cosa que ya Zuluaga ha anunciado, al hablar de condiciones de capitulación para continuar el diálogo, lo que las FARC no aceptarían. Esto redundaría en un recrudecimiento de la actividad paramilitar, bajo el manto de la guerra.

Los planes de la ultra

Ya aseveró el uribista que invocaría la Carta Interamericana contra nuestro país. Sin duda se reforzarían los planes paramilitares de la derecha del patio, que cuentan con amplio apoyo de sectores de la ultraderecha colombiana (uribismo).

Por otra parte, un  dato importante a tomar en cuenta es la enorme votación que logra Álvaro Uribe en su natal Antioquia, y el haber sacado un número nada despreciable de votos en Santander, Norte de Santander y Arauca, departamentos fronterizos con Venezuela, donde se efectúa la mayor sustracción de productos de la canasta venezolana, la gasolina y las medicinas, amén de la planificación de secuestros y sicariato contra nuestros connacionales.

Lo cierto es que la ultraderecha nacional e internacional anda muy entusiasmada con la posibilidad del triunfo de Zuluaga. De hecho, junto a la canalla mediática, tratan desde ya de crear una matriz ganadora para el candidato uribista, intentando arrimar agua a su molino.

Las alianzas por construirse en Colombia

Claro, la cosa está realmente emparejada, la diferencia de cinco puntos no define nada de por sí, habida cuenta de la altísima abstención, que podría bajar un poco en la segunda vuelta, pues será la hora de la verdad, y del hecho de que la votación que hubo por los otros candidatos en la liza será la que definirá el final, según se reubiquen esos votos en el cuadro electoral.

Las candidatas del Partido Conservador, Marta Lucía Ramírez, y del Polo Democrático Alternativo, Clara López, rondaron ambas el 15% de los votos. En el último lugar quedó Enrique Peñalosa, de la Alianza Verde, con un 8,28%. Se estima que los electores del Polo se decantarán mayoritariamente por Santos en la segunda vuelta, y los conservadores por Zuluaga, quedando en duda las preferencias de los electores de Peñalosa. Todo esto dependerá de la posibilidad de alianzas políticas en lo inmediato.

Es decir, se trata de un juego bastante cerrado, y mucho influirá lo que hagan y digan los candidatos en las tres semanas que restan antes de esa segunda vuelta.

De todas formas, es claro que el uribismo luce fortalecido y también se comprueba la inconformidad de la gran mayoría del pueblo colombiano con la dirigencia política que comparte el poder, dada la abstención de más del 60% de los posibles electores. 20 de los 33 millones de electores posibles no acudieron a las urnas, amén de numerosos votos nulos.

Las FARC siguen siendo determinantes

Santos tiene una poderosa carta bajo la manga, pero depende más de las FARC que de él mismo: que antes del 15 de junio, día de los comicios de segunda vuelta, muestre algún avance concreto y notable en las conversaciones de paz. Esto le daría un impulso casi imbatible.

El comentarista político colombiano Ramiro Bejarano dice, en el portal La Silla Vacía, que a Santos le será más fácil conquistar indecisos, muchos de los que, asegura, temen el regreso del uribismo y votarán por el presidente como la alternativa preferible: «En la primera (vuelta) la gente vota por quien le guste y en la segunda por quien le convenga, y allí las alianzas y acuerdos se ven más fáciles para Santos».

Como ya dijimos, nada está claro en el panorama electoral colombiano, y habrá que esperar el desarrollo de los acontecimientos.

Casi 20 millones de colombianos, de los 33 millones habilitados para hacerlo, no ejercieron este domingo su derecho al voto. Su apatía se tradujo en los niveles de abstención más altos en una votación presidencial desde la primera vuelta de 1994 (66%): solo el 40,7 por ciento de quienes podían hacerlo, votaron este 25 de mayo, lo que traduce en que seis de cada 10 optaron por no ejercer su derecho al sufragio.

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