Las reliquias de los nuevos santos fueron bendecidas por el papa Francisco durante la ceromania de canonización realizada en la plaza San Pedro
Foto: Agencias
Roma — El papa Francisco proclamó ayer domingo santo al «cura Gaucho», el argentino José Gabriel Brochero, y al «niño mártir», el mexicano José Sánchez del Río, ante una multitud de fieles que asistieron a la ceremonia en la plaza de San Pedro en el Vaticano.
Los dos nuevos santos latinoamericanos, que vivieron a comienzos del siglo XX, son figuras que representan a la iglesia católica en ese continente: una comprometida con los pobres y enfermos, otra dispuesta a sacrificar la propia vida por su fe religiosa.
«Los santos son hombres y mujeres que entran hasta el fondo del misterio de la oración. Hombres y mujeres que luchan con la oración, dejando al Espíritu Santo orar y luchar en ellos; luchan hasta el extremo, con todas sus fuerzas, y vencen, pero no solos: el Señor vence a través de ellos y con ellos», explicó el papa.
Durante la ceremonia fueron canonizados también otros cinco nuevos santos: los franceses Salomón Leclercq (1745-1792) e Isabel de la Santísima Trinidad Catez (1880-1906), el español Manuel González García (1877-1940) y los italianos Ludovico Pavoni (1784-1849) y Alfonso María Fusco (1839-1910).
Las reliquias de los nuevos santos, entre ellas fragmentos de huesos, fueron bendecidas por el papa Francisco.
Miles de personas, entre ellos unos mil argentinos y otros tantos mexicanos, además de religiosos y autoridades como el presidente argentino Mauricio Macri y la ministra francesa de la Ecología, Ségolène Royal, asistieron al evento, además de parientes de los nuevos santos.
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