Harare — El ya expresidente de Zimbabue, Robert Mugabe, recibió garantías de que no será juzgado y de su seguridad dentro del país, esto en el marco del acuerdo alcanzado para que accediera a dimitir el pasado martes, según revelaron fuentes próximas a la negociación.
Según una fuente gubernamental, Mugabe dijo a los negociadores que quería morir en Zimbabue: «Era algo muy emotivo para él y se mostró muy firme», relató la fuente, que no está autorizada a hablar de los detalles del acuerdo.
«Para él era muy importante que se le garantizara la seguridad para permanecer en el país, aunque eso no le detendrá de viajar al extranjero cuando quiera o tenga que hacerlo», puntualizó.
«Fue necesario también garantizarle que toda su familia, incluida su mujer, estarían a salvo y seguros», precisó la fuente.
Mugabe recibirá un paquete de jubilación que incluye una pensión, así como una prestación por vivienda, vacaciones y transporte, seguro médico, viajes aéreos limitados y seguridad conforme a la legislación zimbabuense.
Mnangagwa listo
Emmerson Mnangagwa se dispone a asumir el poder en Zimbabue en reemplazo de Robert Mugabe y promete ponerse a trabajar de inmediato en la reconstrucción del país, que sale exangüe de los 37 años de su predecesor.
Mnangagwa hoy será investido oficialmente presidente de Zimbabue.
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De 75 años, este leal al régimen a quien los zimbabuenses apodan «El Cocodrilo» hereda una economía en ruinas, un partido dividido y una población con muchas expectativas.
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