La Casa Blanca tramitó la devolución de automóviles que habían sido donados a la Policía Nacional de Nicaragua y que habrían sido utilizados en la represión
Foto: Agencias
La violencia que sacude a Nicaragua en meses recientes y que dejó un saldo de unas 350 personas muertas, es responsabilidad del presidente, Daniel Ortega, y su vicepresidenta y esposa, Rosario Murillo, afirmó la Casa Blanca.
En una nota oficial, la presidencia estadounidense aseguró que Ortega y Murillo «son responsables en última instancia por los grupos parapoliciales favorables al gobierno que han brutalizado a su propio pueblo».
En el documento, la Casa Blanca pasó revista a las medidas adoptadas a este respecto, en especial la sanción a tres funcionarios nicaragüenses, paso que consideró «el inicio, no el fin, de potenciales sanciones».
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Además, Washington revocó o restringió el otorgamiento de visas a funcionarios nicaragüenses que hayan tenido cualquier relación con represión a protestas o actos de violencia.
Según la nota, la Casa Blanca tramitó la devolución de automóviles que habían sido donados a la Policía Nacional de Nicaragua y que habrían sido utilizados en la represión, y además ha bloqueado nuevas donaciones de equipos a las fuerzas de seguridad.
El texto «pide a Estados Unidos que continúe condenando las atrocidades en Nicaragua, exija la liberación de los detenidos injustamente e identifique a aquellas personas cuya participación en esta violencia califica para la imposición de sanciones».
Esas sanciones, como las adoptadas el 5 de julio contra tres funcionarios, se apoyan en la llamada «ley Magnitsky», aprobada por el Congreso estadounidense para sancionar funcionarios rusos por la muerte de Sergei Magnitsky en 2009.
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