Brasil — A tres días del inicio del Mundial de Fútbol 2014, las protestas en contra de la Copa parecen difíciles de parar y el gobierno brasileño ya las da por asumidas. Valga como prueba que la presidenta Dilma Rousseff ya ha anunciado que no asistirá a la inauguración en el Arena Corinthians de Sao Paulo.
En su lugar, comparecerá el ministro de Deportes, Aldo Rebelo.
No obstante, la selección de Brasil tiene un plan para enganchar a la gente a su causa, a través de Luiz Felipe Scolari. Felipao es la figura que levanta mayor unanimidad en todo este circo y ha asumido el liderazgo de la empresa por delante de los políticos, con el lema «La gente no está contra Brasil, está contra la organización del Mundial».
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