Río de Janeiro.- Con la poderosa máquina del PT al rojo vivo y una sofisticada aunque poco elegante campaña, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, consiguió despegarse de su rival socialdemócrata Aecio Neves y es otra vez la favorita a dos días del balotaje.
Como cada voto cuenta en este Brasil dividido entre quienes buscan mantener al Partido de los Trabajadores en el poder y quienes ansían un cambio tras numerosos escándalos de corrupción y un crecimiento anémico, la campaña ha sido sangrienta, llena de ataques personales y fuertes acusaciones éticas.
La revista opositora Veja publicó ayer una edición adelantada con el supuesto testimonio a la justicia de Alberto Yousseff, uno de los acusados de intermediar en un esquema de sobreprecios de contratos en la estatal Petrobras destinados a financiar al PT y sus aliados, según denuncias de los acusados filtradas a la prensa.
Yousseff está preso desde marzo, dijo a la justicia que el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva Lula (2003-2010) y su delfina política Dilma Rousseff «sabían todo», según Veja.
Pero el abogado de Yousseff dijo que no puede confirmar la declaración, y Rousseff acusó a Veja de practicar «terrorismo electoral».
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