Solo hubo dos votos en contra, Estados Unidos e Israel, y cero abstenciones.
Por vigesimoséptima vez consecutiva desde 1992, la comunidad internacional expresa su rechazo a la política coercitiva de EE.UU., pero este año la votación estuvo marcada por las presiones de la nación norteamericano para desacreditar a Cuba, al presentar ocho proyectos de enmiendas que solo obstaculizaron y alargaron el proceso y no tuvieron el respaldo de los países miembros de la ONU.
En las sesiones de este miércoles y jueves, los diplomáticos de varios países, a nombre de organizaciones globales y regionales o en su capacidad nacional, demandaron el cese del bloqueo y criticaron su impacto en el desarrollo socio-económico de la isla.
También coincidieron en que el bloqueo es una violación de los derechos humanos flagrante, que entorpece las relaciones del país caribeño con el resto del mundo.
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