Muchos cubanos creen que la isla mantendrá el rumbo que trazó Fidel Castro y que ha prometido continuar su hermano Raúl
Foto: Agencias
Cuba — El líder revolucionario Fidel Castro fue sepultado este domingo, después de una semana de multitudinarios homenajes, en el cementerio Santa Ifigenia en Santiago de Cuba, en una ceremonia privada y a la que no tuvo acceso la prensa.
«No hubo discurso, fue muy sobrio, solo estuvieron presentes la familia, miembros del gobierno y funcionarios», dijo Segolene Royal, una de las invitadas internacionales.
Fidel Castro, quien falleció el 25 de noviembre a los 90 años, fue enterrado junto al mausoleo del héroe independentista cubano José Martí.
En las afueras personas coreaban «Viva Fidel», mientras salvas de cañón sonaron en La Habana al inicio del entierro.
Al grito de «Yo soy Fidel», millones de cubanos le rindieron homenaje en las calles y plazas y al paso de la caravana con las cenizas, que recorrió la isla desde La Habana hasta Santiago.
A partir de ahora Cuba abre una nueva página sin Fidel Castro, quien deja un legado que desata tantos odios como amores. Muchos lo recuerdan como el hombre que universalizó la salud y la educación gratuitas en la isla, pero otros como el dictador que envió a la cárcel o al exilio a cualquiera que se le opusiera.
Raúl Castro estará al frente de la isla hasta febrero de 2018, aunque después mantendrá su máximo cargo en el Partido Comunista de Cuba.
El sábado, durante el último acto de masas en memoria del histórico dirigente, el presidente juró que defenderá la revolución socialista.
«Ante los restos de Fidel (…) juramos defender la patria y el socialismo», proclamó el mandatario cubano.
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