Lo planteó el ministro de Hacienda del vecino país, Mauricio Cárdenas

Las implicaciones que tiene la propuesta de Colombia al FMI de un plan de rescate para Venezuela

FMI
20 de abril, 2018 - 3:30 pm
Ricardo Serrano / [email protected]

La propuesta no ha sido aceptada ni rechazada por el organismo multilateral de financiamiento

Foto: Agencias

Caracas – La crisis económica de Venezuela es tan profunda, que se requiere de un paquete de financiamiento que oxigene las cuentas del país, cuyo nivel se encuentra en déficit fiscal.

Más son los gastos que los ingresos del Gobierno, lo que lo ha llevado a una situación de deuda, recesión, contracción y depresión económica sin precedentes.

Reiteradas han sido las ocasiones en que economistas e incluso presidentes de otros países han instado a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le provea a Venezuela de un crédito de rescate financiero.

Esa propuesta ya se materializó concretamente. Y es que ayer, el ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas, le solicitó al organismo multilateral (FMI) que aplique un plan de rescate para Venezuela por un monto inicial de 60.000 millones de dólares.

El funcionario del gobierno colombiano destacó que el objetivo de su propuesta es la estabilización macroeconómica del país.

«Nadie sabe cuándo va a darse un cambio de gobierno en Venezuela, pero tenemos que estar preparados para eso», indicó Cárdenas en una entrevista con la agencia de noticias EFE.

Hay un detalle. El país requiere de al menos cuatro paquetes de rescate. El primero por $60.000 millones, y los otros tres por 50.000 millones de dólares cada uno, según analistas, pero solamente la deuda externa del país alcanza los 180.000 millones de dólares.

Al menos el 70% del monto suministrado por cuotas de parte del FMI sería pagadero en deuda externa. En ese caso, se necesitarían unos 100.000 millones de dólares adicionales en créditos a largo plazo para estabilizar el sistema productivo del país, fomentar las exportaciones y estabilizar la economía con nuevos capitales generados e inyectados en el sistema financiero para abastecer al país de divisas y, probablemente, dolarizar la economía con el fin de revertir el elevado nivel de hiperinflación concentrado en el sistema de precios.

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