Para mejorar en Japón 2020

Venezuela debe renovar política deportiva

YULIMAR Rojas
11 de septiembre, 2016 - 9:56 am
Francis Blackman

El uno por ciento del presupuesto de la nación debe ser para incremento del deporte. La creación de impuestos a los vicios que deben ser incorporados a los fondos para el desarrollo de la práctica de la actividad deportiva. En todos los países existen, menos en el nuestro

Foto: Agencias

Venezuela tuvo que esperar treinta y dos (32) largos años para igualar la ganancia de medallas en unos Juegos Olímpicos. Lo hizo en 1984 en Los Ángeles, California, y lo remedó ahora en Río 2016.
Ese largo tiempo de espera indica que no hemos avanzado en la calidad deportiva y el rendimiento de nuestros atletas de alta competencia. No hemos mostrado potencialidad en ninguna disciplina, ejemplo: En los años 50-60 éramos fuertes en atletismo de pista y lo demostramos en los Iberoamericanos, Panamericanos, Centro y Suramericanos etapa en la cual los Asnoldo Devonish, Arquímedes Herrara, Rafael Romero, Hortencio Fusil, Jhimmy Maldonado, Gisela Vidal etc. se codearon con marcado éxito contra los mejores.

Comencemos por la Ley del Deporte

Mientras no se modifique la Ley del Deporte, difícilmente saldremos de este atolladero y seguiremos jugando a la improvisación. Se debe comenzar por fijar un presupuesto para la actividad y que cada federación programe su actividad.

El uno por ciento del presupuesto de la nación debe ser para incremento del deporte. La creación de impuestos a los vicios que deben ser incorporados a los fondos para el desarrollo de la práctica de la actividad deportiva. En todos los países existen, menos en el nuestro.

El espejismo que representan las Olimpíadas se han convertido en el ingrediente ideal para el poco rendimiento, en cuanto a resultados competitivos de nuestros atletas. Las Olimpíadas se han convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, superado si acaso, por el Mundial de Fútbol al que solo asisten 32 países. Todo el dinero que logre por concepto de la realización de los juegos, la comercialización del mismo, ingresa al patrimonio del Comité Olímpico Internacional. La única ganancia para el país oferente serán las suntuosas instalaciones construidas, más lo que internamente se pueda recabar, pero la comercializan manejada por el COI, sobre todo con la TV, impide que los países sede puedan lucrarse como debe ser de esa realización.

Los países participantes reciben una ayuda del Comité Olímpico (COI). Para Brasil 2016 según el Comité Olímpico Venezolano, nos enviaron $500 mil para ayudar a la preparación de nuestros atletas a lo que se sumaría lo aportado por el Gobierno nacional

El Comité Olímpico solo se empeña en que el número de países y atletas a participar sea cada vez mayor. Es así como la cantidad de países aumenta y el de atletas se acerca cada vez más a los 10 mil en cada desfile inaugural. Venezuela cae en esta situación al llevar a los juegos a atletas que de antemano se sabe solo van a pasear.

Para ello establece marcas mínimas en cada especialidad, de manera que nadie se quede por fuera. Entonces vemos a un atleta venezolano ranqueado en el puesto ochenta, por ejemplo, incluido en la selección solo porque cumplió con la marca mínima exigida, pero que en la práctica nada tiene que buscar porque los que están por encima lo superan escandalosamente con sus marcas.

Carencias

Venezuela no cuenta con una sola instalación apropiada de alto rendimiento; existe de palabra, pero no de hecho. En consecuencia, para que un atleta mejore en su capacidad física y técnica debe prepararse en el exterior. Es así como nuestros últimos ganadores de medalla, con excepción del boxeo, entrenan fuera, porque el país no cuenta con instalaciones de alta calidad y mucho menos con entrenadores raqueados de igual forma en la alta competencia.

Lo que se invierte en pagar una beca estudiantil, sería más productiva y daría mayor utilidad si un entrenador es contratado para venir al país y aquí pueda dedicarse a entrenar a un alto número de atletas concentrados en un sitio apropiado. Pero ya lo dijimos, la falta de instalaciones apropiadas y de entrenadores de alto rango, incide mucho en el atraso que hasta ahora exhibimos en materia deportiva.

La inversión en todo caso se quedaría en el país, sobre todo porque el alto número de atletas que se beneficiarían contando con un entrenador de alto nivel, haría que los avances técnicos fueran cada vez más perceptibles.

Los intercambios con Cuba no han dado los resultados esperados, ni aún en boxeo donde es conocido su dominio en ese deporte. Ocurrió que los entrenadores enviados a Venezuela no eran precisamente los más capacitados y eso originó que los resultados no fueran tan halagadores como se pronosticó.

No contamos con un complejo de desarrollo técnico para la alta competencia. Este es un punto del que disponemos poco tiempo para instalarlo en el país.

Más carencias

Una de las aberraciones deportivas cometidas en esta país ocurrió durante del segundo gobierno del doctor Rafael Caldera, cuando procedió a cerrar la Escuela de Entrenadores de Venezuela, donde tras seis semestres de estudios, se graduaban profesionales del ramo.

No sabemos que privó para que eso se diera, pero resultó tan nefasto como el haber erradicado la práctica del volibol en las escuelas primarias, cuando ese fue el primer deporte que todos aprendimos a jugar como escolares. En esta disciplina Ecuador nos lleva una morena en el renglón femenino.

A raíz de esta decisión se empezó a generar una brecha entre los entrenadores pioneros contratados por las empresas petroleras transnacionales, y la carencia de entrenadores.

El gravísimo error de no contratar entrenadores profesionales de Europa, pudiera ser el gran causal del estancamiento que experimentó una buena parte del deporte. El béisbol escapa de ello, con el agravante de que las figuras que emergen del mismo, firman para el sector profesional en el extranjero. Esos jóvenes jamás defienden al país en las competencias importantes, en las que hace años no ganamos un galardón, a no ser en las Pequeñas Ligas, pero esas no están en la agencia de la federación que rige ese deporte.

Todos los atletas de los países más avanzados someten a sus aletas a rigurosos exámenes psicológicos. Buscan con ello mermar el miedo escénico que pueda apoderarse de un atleta ante de la competencia. Hasta ahora ignoramos si a los nuestros se les aplica y nos invaden las dudas cuando vemos el comportamiento de muchos atletas en escena.

Otro gran problema es que la mayoría de nuestros aletas no estudian y eso les impide poder optar por becas con universidades extranjeras y en ocasiones no tiene ni opción para aprovechar las becas que ofrece nuestras casas de altos estudios.

¿Qué hacemos?

Mientras no se cambien las reglas —nada favorables— del juego, poco podemos aspirar para Japón 2020. La instalación de un centro de alta competencia, con todos los implementos requeridos, para que los planes de preparación se cumplan, será de mucha importancia para que aspiremos a más.

La contratación de entrenadores para aquellas especialidades donde las habilidades individuales físicas y mentales sean mayormente requeridas. Los entrenadores nuestros no están actualizados y en su gran mayoría tiene treinta o más años con el mismo programa de preparación desde que se iniciaron.

Los cursos para entrenadores deben ser asunto de cumplirse sobre la marcha, pudieran durar seis meses y en un lapso igual la preparación de nuestros atletas debe mejorar. Insistir en prestarle atención solo a los que entrenan en el exterior sería un error de bastas dimensiones.

Lo que se le paga al atleta para que estudie y viva en el exterior, debe ser invertido en este país. Que esas enseñanzas las reciba una buena cantidad de atletas y que los conocimientos adquiridos se queden y sean revertidos en este país. Esa se nos antoja una alternativa.

 

DEPORTES-YULIMAR

Yulimar Rojas, atleta, medalla de plata en Río 2016

 

DEPORTES-YOEL

Yoel Finol, boxeador, medalla de bronce en Río 2016

 

Stefany-Hernández

Stefany Hernández, bicicrosista, medalla de bronce en Río 2016

 

Nercely Soto, atleta zuliana con participacion en dos Juegos Olimpicos

Nercely Soto, atleta zuliana con participacion en dos Juegos Olimpicos

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