Strawberry se reencontró con Dios

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11 de mayo, 2015 - 3:28 pm
Redacción Diario Qué Pasa

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Strawberry brilló con la camiseta de los Mets

Foto: Agencias

En la noche en que los Mets de Nueva York intentaron este año de superar a su equipo de 1986 con el mejor inicio de temporada en la historia de la franquicia, su estrella de esa era nuevamente estaba bajo los reflectores.

Ante otro lleno total en una iglesia de Delaware para ver al excampeón de jonrones, Darryl Strawberry hizo un llamado al cielo. «¿Me escuchan? ¡Amén!» «Amén», respondió la congregación. «Gloria a Dios. Gloria, gloria a Dios».

El excampeón de la Serie Mundial hoy en día realiza giras como pastor, no para repasar las historias de sus hazañas en el béisbol que en su momento lo ayudó a ser uno de los peloteros mejor pagados y a ser elegido ocho veces a un Juego de Estrellas, sino para hablar sobre la manera en que la fe y una fuerte mujer lo rescataron más que cualquier intervención.

Strawberry se arrepiente en gran parte de su pasado, y el único recuerdo de su antigua profesión aparece a través de sus testimonios al señalar que las tentaciones destruyeron su carrera y casi le costaron la vida.

«Yo era un mentiroso, yo era un tramposo, yo era un machista, yo era un alcohólico, yo era un drogadicto y yo era un pecador», señaló Strawberry. Pero se mantiene en el juego. Strawberry ha renunciado a los hábitos que descarrilaron su carrera a cambio de una vida renovada como pastor, esposo y consejero para quienes enfrentan los mismos demonios que él encaró durante la mayor parte de su carrera. Strawberry, de 53 años, no tiene interés en discutir sus profundos batazos que desaparecieron tantas noches en el Shea Stadium.

Strawberry reveló que a sus 13 años su padre apuntó una escopeta contra la familia, lo que lo obligó a tomar una sartén mientras que su hermano mayor blandió un cuchillo de carnicero para ahuyentarlo. Strawberry se drogaba de forma rutinaria en las ligas menores y cuando los Mets mandaron llamar a su preciado prospecto en 1983, de inmediato aceptó cuando, según dijo, un jugador veterano de los Mets le ofreció cocaína durante su primera gira. Era un novato de Grandes Ligas a sus 21 años. «Yo quería formar parte de lo que era el béisbol de Grandes Ligas», comentó.

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