En Río, las dificultades se acumulan. En pleno periodo de destitución de su presidenta, Dilma Rousseff, Brasil tardó mucho en apasionarse por sus Juegos y tampoco se anuncia un gran interés para la cita paralímpica
Foto: Agencias
Tres semanas después del final de los Juegos, en mitad de una tormenta política y asediada por las dudas en torno al apoyo popular, Río de Janeiro ultima los preparativos para el inicio de los Juegos Paralímpicos. La llama arderá de nuevo el miércoles en la capital fluminense, donde 4.300 deportistas de 161 países lucharán para hacer olvidar sus minusvalías. Sin embargo, las gradas semivacías que ya afearon los Olímpicos pueden ofrecer un aspecto aún peor. Y eso que las entradas más asequibles se ofrecen a 10 reales (2,75 euros), cuatro veces más baratas que el pasado agosto.ç
Cifras en «clara progresión»
En Río, las dificultades se acumulan. En pleno periodo de destitución de su presidenta, Dilma Rousseff, Brasil tardó mucho en apasionarse por sus Juegos y tampoco se anuncia un gran interés para la cita paralímpica. No obstante, este viernes, apenas 1,4 millones de entradas habían sido vendidas sobre un total de 2,5 millones, una cifra en «clara progresión», según informó el Comité Paralímpico Internacional (CPI).
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