Foto: Agencias
Didi Gregorius tiene buen alcance, instinto sólido y tremendo brazo. Habrá momentos en que brillará. También hará todas las jugadas que un campocorto de Grandes Ligas debe realizar. Muchos managers dirían que eso es precisamente lo que esperan de su torpedero.
De una manera fundamental, el gerente general de los Yankees, Brian Cashman, ha sido astuto al adquirir a quien se perfila como el remplazo de nada más y nada menos que Derek Jeter. Cashman estaba bien consciente de que no iba a encontrar al próximo Jeter.
Quizás ese jugador ni siquiera exista y si lo hubiera, es poco probable que su equipo se desprendería de él. Cashman exploró varios canjes y estudió el mercado de agentes libres. Al final, no halló ninguna opción más atractiva. Por lo tanto, el viernes, los Yankees, Tigres y D-backs realizaron un canje interesante y a la vez lleno de interrogantes.
Dudas
Gregorius es la pieza principal del canje, dada la figura a quien probablemente reemplace y el mercado al que se está integrando. La gente quizás se esté preguntando acerca de la presión que debe sentir el joven campocorto por estar reemplazando a una leyenda, y con razón.
Pero ningún dirigente de Grandes Ligas hace una mejor labor de crear una sensación de normalidad para su equipo que Joe Girardi de los Yankees. Además, Cashman ha hecho varias adquisiciones —entre ellos Jacoby Ellsbury, Brian McCann, el boricua Carlos Beltrán y Mark Teixeira— que se pueden comparar con Jeter en cuanto al profesionalismo se refiere.
La interrogante en este caso es la capacidad ofensiva de Gregorius, quien ha tenido apenas 724 turnos al bate en Grandes Ligas. En este tramo, batea para .262 con un porcentaje de embasarse de .332 contra lanzadores derechos, pero su promedio contra pitchers zurdos es apenas .184.
Pero de muchas formas, la carrera de Gregorius apenas comienza. Tendrá apenas 25 años de edad para el Día Inaugural y podría fungir como titular, lo cual le daría la oportunidad de madurar como jugador.
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