Y el reencuentro se dio

Silvestre y Juancho retumbaron el Palacio de Eventos de Maracaibo

CUL 100716 CONCIERTO DE SILVESTRE DANGOND ALFREDO CHINALEONG 157
11 de julio, 2016 - 9:01 am
Delsy Fernández / [email protected]

Desde un cuadrado que se sostenía en el aire a unos 10 metros de altura de la tarima descendieron Silvestre y Juancho. Al son de La Que me Bese la Beso, la caja se abrió y los aplausos no se hicieron esperar

Foto: Alfredo Chinaleong

El despliegue técnico fue impecable, la tarima de 360 grados majestuosa, luces, cámaras y puesta en escena extraordinaria. Así fue la presentación del vallenatero Silvestre Dangond este sábado 9 de julio durante El Reencuentro, nombre que llevó el show en compañía de su acordeonero, Juancho De la Espriella, luego de varios años de separación.

A las 11:00 de la noche del sábado un cronómetro en cuenta regresiva desde el segundo 18 hizo retumbar los corazones de los silvestristas, quienes eufóricos coreaban el nombre de Dangond, el conteo anunciaba la entrada al escenario del intérprete vallenatero más sonado del momento en compañía de su acordeonero de todos los tiempos Juancho De la Espriella.

Desde un cuadrado que se sostenía en el aire a unos 10 metros de altura de la tarima descendieron Silvestre y Juancho. Al son de La Que me Bese la Beso, la caja se abrió y los aplausos no se hicieron esperar.

Silvestre paseó por la imponente tarima, dando brincos y saltos y haciendo sus conocidos movimientos y muecas de bailes, cantando sus temas más sonados como Me Gusta, Me Gusta; La Indiferencia, El Tiempo, Calidad de Vida, La Colegiala, La Gringa, Materialista, entre otros.

Si se va a caer el palacio… que se caiga

No fue literal, el Palacio de Eventos de Maracaibo a capacidad máxima de 6 mil personas se cayó, la euforia y el sentimiento vallenato se apoderó de los presentes con cada interpretación de Dangond, quien entre tema y tema aprovechaba para tomar agua que le ofrecía el público y hacía una pequeña reflexión. «Existen momentos en la vida, en los que nos sentimos vacíos, solo queda tener fe y orar», fue una de las tantas frases que Dangond expresó.

Pese a que el concierto estuvo impecable varios de los presentes compartieron que lo único que pudo haberse mejorado durante el concierto fue la acústica.

Por otro lado, aunque el show estuvo sorprendente, en el escenario no se sintió la misma química entre Juancho y Silvestre, pues a pesar que Silvestre soltaba su popular grito «Juanchoooo», nunca se dieron un abrazo o una tendida de mano. Tampoco se hizo énfasis en El Reeencuentro y la presentación parecía solo de Silvestre Dangond.

Otra, otra, otra…

Finalizando el concierto el público pedía más. Silvestre y Juancho se despidieron y en cuestión de segundos aparecieron de nuevo en el escenario para interpretar tres temas complaciendo a sus fanes y dejándolos satisfechos.

 

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