En la antigua Roma, durante el siglo III, el emperador Claudio II, 14 de Febrero del año 270,condenó al sacerdote Valentino a la pena de muerte por no desistir sus creencias cristianas
Foto: Agencia
En la antigua Roma, la fe cristiana era motivo para ser condenado a muerte, tal y como le sucedió al cristiano Valentino, a pesar de ser perseguido y amenazado constantemente por su fervor a Cristo y oponerse al decreto del emperador que prohibía el matrimonio a parejas jóvenes, motivo por el cual fue enviado a prisión.
La historia cuenta que Valentino celebraba en secreto los matrimonios para los jóvenes y así se ganó el prestigio entre las personas, noticia que llegó al emperador quien inmediatamente llamó a su palacio y luego fue presionado para que diera la orden de encarcelarlo. En prisión, su fe la pusieron a prueba, desafiándole a que en nombre de Dios le devolviera la vista a Julia, la hija del oficial Asterius.
Valentino no dudó en su fe y la vista fue devuelta a Julia que había nacido ciega. Aunque Valentino siguió encarcelado y condenado a muerte consecuentemente por la orden el emperador, el milagro conmovió al oficial, el padre de Julia, él y su familia siguieron al cristianismo; como agradecimiento la joven plantó un árbol de almendros en su tumba.
Para el año 498 después de Cristo, el Papa Gelasio, decretó el 14 de febrero para honrar a San Valentín, patrón de los enamorados. Los restos mortales de San Valentín se encuentran en la Basílica de su mismo nombre, situada en la ciudad italiana de Terni en Italia.
Actualmente cada catorce de febrero, a nivel mundial se acostumbra a celebrar el día del amor y la amistad, la tradición de obsequiar flores, peluches o una cena especial, también cuenta una historia marcada por el amor y la tragedia.
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