La Milagrosa y 28 de Diciembre colapsados por bote de aguas negras

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23 de mayo, 2014 - 3:52 pm
Redacción Diario Qué Pasa

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Foto: Carmen Salazar

San Francisco — Cansados de ir a todas las instancias, vecinos de los barrios La Milagrosa y 28 de Diciembre, de la parroquia Domitila Flores de San Francisco, amenazan con trancar la vía que conduce a Perijá, en tanto no resuelven el problema de aguas negras que tiene colapsado ambos sectores desde hace mes y medio.

Las aguas putrefactas corren por las carreteras aún de arena de esta comunidad que tiene más de 20 años de fundada, dejando a su paso una estela de malestar entre los habitantes, pues aseguran que ya no quieren ni comer, porque el olor es muy desagradable y penetrante. Además, cuentan que decenas de niños presentan problemas de salud, como dengue, infecciones respiratorias, dermatológicas, vómitos y diarreas, producto de la proliferación de mosquitos y por la contaminación generada por las cloacas desbordadas.

Anulfo Benavides, contralor del consejo comunal La Milagrosa, destacó: «Estamos cansados de ir a la Alcaldía, nos dicen que vienen y es pura mentira».

Son más de 300 familias que están padeciendo el problema. No obstante, existen dos hogares de cuidado, exactamente en una de las calles inundada de porquería, que atiende a no menos de 110 niños desde la mañana hasta la tarde. Estas jornadas han sido impedidas por los riesgos de infección y enfermedades que puedan contraer los infantes.

Aún no ha llovido por el sector, pero sus residentes sienten temor ante la llegada de esta temporada, pues aseguran que la zona se «pone horrible» y hasta damnificados se registran.

Tibisay Romero comentó: «Aquí volveremos a ver a la Alcaldía cuando vengan los bomberos con colchones y a socorrer a los heridos y quizás a los muertos; estamos desamparados, para acá no viene nadie, solo en diciembre vino el alcalde Omar Prieto a buscar los votos y ya se olvidó de nosotros».

Más carencias

Los vecinos añadieron que en los barrios el aseo tiene más de cuatro meses que no pasa y los camiones cisternas cuando logran que entren les cobran cantidades exorbitantes por el vital líquido, pues el agua potable brilla por su ausencia en esas comunidades.

«Por otro lado, la delincuencia abunda, si vemos una patrulla de Polisur hacemos fiesta, ellos nunca pasan, ni asoman la cabeza, por eso estamos a merced del hampa», refutó Flor de Muñoz.

Los vecinos están enardecidos y piden a las autoridades municipales atiendan sus solicitudes, de lo contrario tomarán las calles para hacer valer sus derechos y exigir mejorar para su bienestar.

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