Los bancos: Un golpetazo más

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8 de junio, 2017 - 4:53 pm
Gastón Guisandes López / Editor

El BOD, Bs. 10 mil: Banesco, Bs. 15 mil; Provincial 20 mil y Mercantil, Bs 30 mil, son los límites diarios que estos cuatro bancos privados pagaban ayer, por taquilla, siendo los siguientes, los límites de los bancos del sector público: Venezuela, Bs. 85 mil; Tesoro, Bs. 30 mil y Bicentenario, Bs. 30 mil o Bs. 20 mil, si se es o no, titular de la cuenta. Miles son los  usuarios que diariamente concurren a los bancos a buscar el dinero, que por derecho y plena propiedad les pertenece y salen de los bancos mencionados y de todos los demás bancos, técnica y legalmente, defraudados, engañados y maltratados.

A pesar que el dinero está colocado en cuentas corrientes y por tanto pertenece en plenitud al dueño de la cuenta, por ser una colocación a la vista y por tanto exigible de inmediato, los bancos en concertación, totalmente ilegal, se han puesto de acuerdo para limitar las cantidades diarias que pagan, agrediendo y provocando al público usuario de la banca a adoptar actitudes cada vez más levantiscas, agresivas y que ya se anuncian como causa de fuertes brotes de violencia en cualquier momento. El país se encuentra al borde de un caos incontrolable y no se debe tentar al diablo. El horno no está p’bollos.

Un usuario que quiera retirar de su cuenta, 200 mil bolívares, tarda 20 días hábiles en retirar esa suma del BOD; en Banesco, tarda 13 días y fracción, en el Mercantil, demora seis días y fracción y en el Provincial, tardaría 10 días; En el Venezuela, tardaría 2 días y fracción; en el Tesoro, 4 días y en el Bicentenario, entre 6 y 10 días según el caso. Esto es, sensatamente hablando, una agresión a los dueños de su propio dinero. depositado en cualquiera de los siete bancos que usamos como ejemplo, debidamente comprobado, de tan agresivo y peligroso monopolio del poder, desgraciadamente con una Superintendencia de Bancos que no quiere ver, ni oír los ruidos de la calle que pueden resultar en severos enfrentamientos con el pueblo.

¿Por qué los bancos, todos, se llevan por delante al público y causan tanto daño al comercio y la industria, así como a los enfermos que buscan efectivo para, pagando con dinero en mano, lograr descuentos en los precios exorbitantes, pues el vendedor rechaza los cheques por los problemas derivados de las ilegales, arbitrarias y abusivas normas impuestas por los bancos? Así como ocurre con las medicinas, sucede con los vendedores de alimentos y los pagos que deba realizar la ciudadanía en su diario hacer. La gente no quiere recibir cheques y quien tiene el dinero no se atreve a cargarlo por miedo a ser robado en este ambiente de gran inseguridad.

Cuando un banco no puede pagar el dinero que pertenece al público, se asume que se encuentra en estado de insolvencia o peor, de cesación de pago y por tanto se debe, técnicamente, declarar su intervención.

Recordemos lo que nunca debemos olvidar. Por no aplicar la medida antes señalada y para tratar de encubrir la realidad de los bancos de la época, como ocurrió en Febrero de 1994, bajo el segundo gobierno de Rafael Caldera, quebraron los bancos más grandes e importantes del país: MARACAIBO, LATINO,  VENEZUELA, UNION, CONSTRUCCIÓN, LA GUAIRA, CONSOLIDADO, PROFESIONAL, PRINCIPAL, ITALO VENEZOLANO, AMAZONAS, BARINAS, METROPOLITANO, BANCOR y las Sociedades Financieras: FIVECA, CREMERCA y CONFINANZAS y CARACAS, así como otros bancos, sociedades financieras, empresas de seguro y depositarias (que no menciono por escaparse a mi memoria los nombres) siendo todas estas empresas, parte del fabuloso tinglado financiero que montaron los más honorables, distinguidos y afamados pro-hombres de la sociedad caraqueña (ninguno está preso y todos se fugaron del país, porque Rafael Caldera se negó a prohibirles la salida y después a solicitar la extradición de los ladrones).

Todos estos banqueros, que se cruzaban entre sí «prestamos», que ninguno nunca pagó a su contraparte-cómplice, fue el mecanismo perverso que terminó en la quiebra fraudulenta y brutal de prácticamente el sector financiero de Venezuela y que obligó, al Gobierno Nacional (insistimos, por culpa de Rafael Caldera, para la época Presidente de la República y encubridor de la salvajada financiera) a perder millones de millones de bolívares para evitar el desastre causado por los banqueros dueños de los bancos quebrados, en lo que fue un real asalto a los dineros de los depositantes, incluidos los tenedores de libretas de ahorro.

Miles, de miles, de millones de bolívares perdieron, el público y el gobierno, por encubrir a los peligrosos y tenebrosos banqueros de aquella época.

Guerra avisada no mata soldado y si lo mata, es por estúpido. (Notablemente torpe para comprender las cosas; Necio, falto de inteligencia. (PL y DRAE)

Nota: Este trabajo continuará dando los nombres de los banqueros de aquella época y, también, los de esta, quienes teniendo bancos en el exterior, en Paraísos Fiscales, como Aruba, Antigua, Panamá, etc., captan recursos en dólares pagando intereses mejores a los que consiguen en EE.UU., donde son una bagatela (no pasan de 3% anual) y, con la garantía de estos recursos, en dólares, otorgan préstamos en bolívares, con altos intereses para el deudor, quien debe sudar sangre para recobrar sus dólares, porque después se niegan a reintegrar el dinero que los incautos depositaron en sus «bancos de papel».

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