Augusto Pradelli, piloto, cineasta, empresario y triunfador

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11 de noviembre, 2017 - 6:27 pm
Salvador Fazio

Augusto Pradelli, piloto, cineasta, empresario y triunfador

Raramente el ser humano logra cumplir con todas sus metas y sueños, si además logra al menos una victoria en cada una de sus actividades puede considerarse muy afortunado o simplemente un vencedor. Augusto César Pradelli Vaccariello nació en el Hospital Central de Maracaibo un 15 de diciembre de 1959, entre El Saladillo y El Empedrao, su padre tenía una moto que era su juguete, él la desarmaba y su papá tenía que volverla a armar, su sueño era conducirla, le encantaba el olor de la gasolina y se la pasaba montado en ella, “me marcó” según el mismo Augusto.

Ingenioso

Todo lo que le regalaban era puntualmente desarmado para conocer su funcionamiento, su primer Go-kart lo construyó él mismo con tubos para agua, un motor de planta eléctrica, ruedas de carretilla y sin frenos, hasta que un amigo le proporcionó un motor 125, hizo un chasis de tubos cuadrados y un sistema de frenos, copió e hizo piezas, corría desde El Centro hasta el Colegio Rosmini y era la pesadilla de los fiscales de tránsito.

Rebelde

Con menos de 15 años se les fugaba a los fiscales, hasta que lo atraparon y le decomisaron 5 karts, causándole problemas con su padre; un día va al autódromo y lleva un Fórmula V comprado con su amigo Miguel, rueda mejor que su amigo y el propietario de un Corvette le ofrece probarlo, rodando mejor que éste. Después de probar varios autos prestados y rodar mejor que los pilotos locales lo nombran novato del año para la Feria de La Chinita, con apenas 16 años de edad. Cuando su padre se entera lo lleva esa misma noche a un internado en Colombia y “termina” con su carrera de piloto.

                                                                                                                 Piloto

-ññTermina el bachillerato en Pamplona y cuando regresa prepara un Camaro Z28, vuelve a la pista, a los piques, construye un prototipo sobre un Mustang Fox, “El Fantasma”, muy rápido en la recta y muy difícil en las curvas, participa en el “Club de Manejo en Pista de Maracaibo” y llega a ser su presidente, paralelamente participa en la categoría Heavy Bracket con un Mustang 1973, llegando a ser 4 veces campeón de la categoría, prepara además un Pontiac Tempest para piques, construye una réplica de Ford GT40 a partir de un chasis Avenger para gran turismo y otra para piques, pero sus conocimientos de aeromodelismo lo llevan más allá, a la creación del “MIssile”.

Constructor

A partir de un chasis de tubos rectangulares, Augusto Pradelli diseña un “dragster” para dos personas inspirado en el Deltawing, con motor V8 y caja automática, suspensión trasera BMW, tren delantero VW recortado y carrocería en fibra de vidrio, el cual sin mayor preparación ni “slicks” logra tiempos en los 400 metros cercanos a los 11 segundos, todo construido en su taller por su equipo de mecánicos bajo su diseño y supervisión.

Cineasta

Hay también otro Augusto, el cineasta, en Pamplona hace teatro con sus compañeros de internado, en Maracaibo estudia comunicación social, hace teatro breve y de calle, inicia el Grupo de Teatro “Expresión”, manifiesta en la calle y logra que se recupere el Teatro Baralt, el Lía Bermúdez, la Facultad de Arte y la Plaza Baralt, reúne 40 premios nacionales e internacionales en diferentes festivales con cortos como Yo el Hombre, Liz, Con la Zurda, El Zambo Yehuda, La Quema de Judas, hasta la realización de Joligud, mejor largometraje en el Festival de Mérida, preseleccionado en el Festival de Cuba y de ahí la llevan a Rusia, al Festival de Berlín, a Italia, etc.

Emprendedor

Incursiona en la publicidad y hace más de 2000 comerciales en 4 años, pasa a la parte turística y de espectáculos y crea Caribe Concert, algo único, innovador y que sssigue funcionando contra viento y marea. Hay algo en común en todo esto, cuando Augusto te cuenta sus proyectos piensas que son imposibles de realizar o que no funcionarán, pero al tiempo puntualmente te demuestra que tenía razón. Para los vencedores no hay imposibles.

Salvador Fazio

 

 

 

 

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