Francis Juzga

1562 catedra gaitera
27 de marzo, 2015 - 3:29 pm
Redacción Diario Qué Pasa

*** La palabra escrita. La palabra tuya Francis, amarrada con tus arterias al corazón de la gaita. La palabra Francis.

Abrazos —Ramón Soto Urdaneta.

*** Siento tristeza infinita al ver cómo venezolanos venden comida y medicinas caras fuera del país, sin importarles que hay personas a quienes se les hace difícil adquirir, no comen bien y sus enfermedades son mayores. Siento dolor cuando veo como revenden a precios escandalosos, y preñados de corrupción, masacrando al pobre la comida y las medicinas, a precios inaccesibles. Se compra comida y medicinas a como las vendan, porque hay que vivir, si se tiene un modesto trabajo se puede hacer, pero aquel que gana poco, ¿Cómo hace?

*** Cuando Víctor Hugo Márquez escribió la gaita El Buhonero nunca pensó que 40 años después, esos señores a quienes erigió en héroes y logró que la sociedad volteara la mirada hacia ellos, por la forma dura de trabajar para sostener a su familia, se hayan convertido «bachaqueros» explotadores del mismo pueblo de donde ellos emergieron. Todo eso da profunda tristeza. ¿Será que se agotaron los valores morales?

*** Llega la Semana Santa y en virtud de ello me atrevo a una sugerencia que parecerá inmoral, pero que creo es la más conveniente: Llámese como se llame su mujer, empátese con una chica llamada Prudencia, que está de lo mejor. La Semana Santa es tiempo de mayores reflexiones. Lo que sucede en el mundo lo amerita. El hombre no puede insistir en vivir lejos de Dios, sintiéndose superior a El. La reflexión que ofrezco se refiere a lo que se debe pedir o no, a ese Dios cuya paciencia y tardanza para la ira es manifiesta. Ahora bien, ¿Qué pedirle y qué no a Dios?

*** Siempre hago alarde que la misericordia de Dios me ampara. Mi corazón da testimonio de ello. La semana pasada asistí invitado a la Cátedra Abierta de la Gaita de la muy Ilustre Universidad del Zulia, iniciada el pasado mes de octubre, a cuyo cargo están los profesores Víctor Hugo Márquez, Arcadio Martínez Jr. y José «Cheo» Romero, un grupo de calificados profesionales universitarios, cultores de la gaita. Confieso que me sentí de lo más emocionado compartir con Daniel Villalobos, Olinto Delgado, David Portillo, Eddy Hernández y Juan Vené. La cátedra la comenzaron 15 personas, pero todo se redujo a la mitad, como suele suceder con todo lo que sea cultura.

Creí que estaba muy enterado de lo que es la gaita zuliana y resulta que aprendí tantas cosas, me enteré de muchas historias y lo más asombroso aun, los invitados también mostraron interés en las vivencias que les narré de mi vida gaitera, debido a un ritmo que conocí a los nueve años allá en Don Bosco, gracias a mis vecinos Saúl Sulbarán y doña Ana y sus invitados de todos los fines de semana, Filmo Rincón, José Pirela, Heberto Pedraja Gerásimo Chávez, Jesús Lozano «El Furrero Mayor» y una serie de gaiteros de aquel entonces que se esmeraban en entonar la gaita. Les conté que la dictadura que vivía el país enemistó al pueblo con  la gaita por razones obvias. Responder y narrar lo que ha sido mi vida en torno a la gaita fue excitante. Tres horas después aún no podía creer que todo eso había ocurrido, que fue una realidad y lo agradezco, fui así como pude entender por qué amo la gaita con el frenesí que lo hago.

No se ejecutar ningún instrumento, nunca intenté aprenderlo. Y aquí se da otra situación increíble. Mi hermano Herbert me insinuó que debía pagar la deuda que tenía con la gaita y  escribir, componer que llaman, o escribir un libro para saldar mi cuenta. No fue fácil, porque eso también es un don de Dios, eso de las musas no es asunto de todo el mundo. Escribí la gaita en un tiempo larguísimo e imponiéndome condiciones. No podía escribir de la Virgen, el Puente, ni el sol, tampoco de Maracaibo, ni del Catatumbo, o el Lago ni el Saladillo y no se me ocurrió El Empedrao, porque todos esos temas estaban súper trajinados. Me fui por mi otro amor, el deporte y redacté algo que llamé Vamos a Jugar Softbol. Cuando la finalicé acudí a Jack Pérez «El Ultimo Serenatero», un ser, un amigo súper especial, cuya partida sentí en el fondo de mi alma. Le pedí le pusiera música a aquel, lo que consideré un abuso gaitero. Sonrió cuando se lo dije, creo que Dios y la China fortalecieron la fibra musical de Jackie, pues me le puso música cacharra y allí quedó grabada con El Gran Chiquinquirá de Aly Carrasquero. La he mostrado muy poco y cuando me quiero sentir bien, la colocó en mi computadora y la disfruto. Jamás la llevé a una estación de radio y ni a los quemadores de discos les interesó. Creo que solo Ramón Soto Urdaneta, por quien siento un profundo respeto, la colocó una vez. Ignoro como llegó a sus manos. Hoy viernes La Cátedra Abierta de la Gaita llega a su encuentro final.

*** Razones para defender la gaita. Comienzo por no estar de acuerdo con qué la gaita ni sus instrumentos sean depredados. A principios de los años 90, todas las bases estructurales de la gaita zuliana se estremecieron cuando el conjunto Estrellas del Zulia, que en nada se parecía a la versión original del grupo, grabó varios temas sin la participación del instrumento furro. Víctor Pérez, quien ya no está en este mundo, interpretaba uno de esos temas y alegó en aquel entonces que se trataba de Estrellas del Zulia y punto.

Todos los dedos acusadores señalaron a los llamados expertos en grabación, quienes no buscaron asesoría en ese sentido, paso al que están obligados, porque a criterio de una gran cantidad de gaiteros, ellos fallan a la hora de matrizar, de ir a la mezcla del disco, y al encontrarse con el sonido del furro, como no lo dominan, se atreven a lanzar la sugerencia de eliminarlo. Años antes Bernardo Bracho salió en su defensa. Una gaita sin furro era, a juicio del compositor, como pretender hacer «chivo en coco, sin coco», palabras más, palabras menos. Ese tema lo interpretó Pilo Zutachi (Zulia-Táchira) el  primer «Gocho» que cantó la gaita con Barrio Obrero.

*** La primera sospecha de agresión en ese sentido se produjo justamente con La Grey Zuliana, a la que se le agregó el bajo eléctrico según algunos, a espaldas de Ricardo Aguirre González, tema en la que el furro sonó como que si en vez de gaita, fuera un vals el que se ejecuta. Otra versión asegura que «El Monumental», por presiones del sello, terminó dándole el visto bueno a la acción. El problema se centra en un detalle, muchos no saben ejecutar el furro como debe ser. Aquel sonido que prevaleció hasta los años 70, es el que debe retomarse, de lo contrario le quedan pocos años de vida en el ambiente.

*** Recibo vía e-mail las bases para el festival que están organizando en San Francisco. Aseguro que Luis Guillermo Vílchez, «El Padre Vílchez», «El Socio», «El Curita de San Francisco», estaba descansando plácidamente al lado del Sumo Creador, hasta que salieron con esto de premiar una gaita romántica y un tamborera. ¿Conoció esta gente realmente al Padre Vílchez? No lo creo, porque no se hubieran atrevido a esto. Luis Guillermo a la gaita romántica la llamaba «balada» y no quiso saber absolutamente nada de la gaita tambora y sí grabó una fue para quitarse a los muchachos de encima, porque era enemigo acérrimo de eso que el llamó adefesio musical, no gaitero. Por estar componiendo gaitas para complacer a los sellos disqueros, con temas orientales y centrales, fue que la gaita se desmoronó de forma tal que no habido manera de que vuelva a sus ancestros. La degeneración de la gaita es otro objetivo que se ve en este disparate que pretenden organizar.

*** También creo con la mayor de las responsabilidades, que el asunto es fastidiar a la Fundación de la Gaita, e intentar demostrar que pueden hacer las cosas mejores. El premio de la Gobernación es único, creado por decreto oficial, de modo que un premio paralelo no puede ser bien visto por nadie. Presenten soluciones para mejorar el premio actual,pero no vengan con esa jugada de tan mal gusto. El hecho de que rechace públicamente la idea, no significa nada, pues no soy quien para impedirlo. Me desligo porque no quiero faltarle el respeto a la memoria de Luis Guillermo Vílchez, el gaitero más honesto de todos.

***Cumpleañeros de la semana Marylee, la tercera del equipo. Vaya hacia ella todos los deseos para que sobre ella caigan lluvias de gracia celestial. Se las merece…Otro. El traumatólogo Alves Thomas, gloria deportiva de Venezuela, miembro del Salón de la Fama del Atletismo Nacional y quien con toda seguridad estará un rato esta noche en Don Bosco con  sus amigos. Felicidades al componedor de huesos.

*** Agradecido por el hermoso mensaje de Carlos Noguera. El amigo que entendió que debía atenderme como en los viejos tiempos y de nuevo me brinda café en su barbería. A una persona como Carlos uno siempre lo tiene presente y lo pone en manos de Dios, de tan buena gente que es…También me sorprendió Gilberto Romero. El comentario sobre Felipe Pirela lo despaletó, pues es el fan más serio del «Bolerista de América». Lo de serio se refiere a que su memoria es sagrada y no hay  conjura posible que de por cierta. No hay nada que aparezca de Felipe en el mercado que él no tenga y eso puede darles una idea del significado que como persona,más que como artista, tiene el malogrado cantautor  en su vida.  Gilberto Romero es un hacedor del bien y su izquierda nunca sabe lo que hace su derecha, así de buen samaritano es.

Foto: Cortesía

¡Quedo escrito. Epa, ya está. Nos vamos!

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