Francis Juzga

3 de junio, 2016 - 2:19 pm
Redacción Diario Qué Pasa

*** Atención señores de la Fundación de la Gaita. El pasado martes recibí una llamada del padre Serrano, sacerdote líder de la comunidad Karoa, de San Francisco. Luego de la presentación de rigor me dijo algo que en verdad no me sorprendió, pero me dolió porque la veía venir desde hace tiempo. Andrés Vargas, el laureado compositor nacido en Caracas y quien se hizo gaitero en Maracaibo con el conjunto Los Rudos de Cheo Barrios, está en total indigencia, en la ignominia, allá en la urbanización La Popular. Me narró el padre Serrano que Andrés ha sido abandonado por su familia y deambula por las calles mendingando.

Me dio nombres de los gaiteros a quienes ha llamado para enterarlos de la penosa situación que atraviesa Andrés y que se siente engañado pues prometieron que harían, y hasta el Sol de hoy, no han dado señales de querer hacer lo ofrecido. No tengo porque dar esos nombres, pero los tengo en mi agenda. Sé que ellos no están obligados a cuidar a nadie, eso es en cierto en la práctica, pero en lo moral sí, porque pertenecen a mismo gremio: Son gaiteros.

¿Adoptaré la misma actitud? De ninguna manera. Tengo unos amigos, Marina Salas, Moraima Gutiérrez, Gerardo Suárez, Juan Vené, Emerson Tudares, Orlando Bohórquez, Aristóteles Soto, César Lugo Villasmil y buscaré otros más, para que hagamos algo. No será tarea fácil porque la fauna gaitera está presente.

Recuerdo que cuando ganó la Gaita del Año con La Mejor Gaita de Mundo, sus rivales dijeron tantas barbaridades en su contra, que me avergonzó que hubiera quien pudiera pensar de ese modo, fueron muchos los que emitieron esos malsanos comentarios. Creo que ahora estamos obligados a hacer algo. Profética parte de su gaita laureada: «Miseria lleva el zuliano dentro del alma. Voy a cantarles ahora la mejor gaita del mundo. Siento que me estoy muriendo y se las quiero cantar».

Una de mis hijas, que labora en la Policlínica Paraíso, gracias a los buenos oficios de su médico jefe, le proporcionaba las medicinas requeridas para la enfermedad que comenzó a sufrir. Religiosamente se presentaba y en la clínica le proporcionaban las medicinas requeridas. Creo que eso se puede volver a intentar.

La última vez que le visité, Andrés me contó tantas cosas, barbaridades que por ningún motivo haré públicas, pero que me enteraron de una situación que jamás me imaginé pudiera darse.

*** En los actuales momentos en Venezuela escasea todo, menos las balas. El sicariato no asesina de un balazo, sino que el ensañamiento es de tal magnitud que utilizan muchas para quitarle la vida a un semejante a quien a lo mejor no conocen, ni han tenido problema alguno con esa persona, pero le pagan por matar y él hace su trabajo.

*** El canal Caracol presenta todos los sábados un maratónico programa humorístico llamado Sábados Felices que recién acaba de recibir el Premio Guiness como el más longevo en la historia de la televisión mundial, cuando celebró 44 años en el aire. Creo que nuestra Radio Rochela, y aquí hubo descuido de este lado, pasó de esa cantidad de años vigente, pero cuando sacaron del aire al RCTV (canal 2) desapareció la Rochela. Ya habrá por allí quien le agregue algo a este juicio.

*** El domingo pasado fue espectacular. Durante dos largas horas disfruté por Alborada 100.9 del abolengo musical de Los Hermanos Bermúdez. Ellos me deleitaron con una serie de temas orientales, hablaron de un excelente amigo, Henrique Hidalgo, un compositor oriental quien llegó a Maracaibo, se enamoró de ella y después se encargó de que su recuerdo perdure aún entre nosotros. Pero así como digo esto, creo que si no daban paso a la gaita, me hubiera dado un yeyo, porque allí es donde los deseaba escuchar a mis anchas, sin presiones de especie alguna, para poner los puntos sobre las i. Hay muchas cosas que exponer. Gracias muchachones, Ciudad Ojeda, su terruño, debe sentirse orgullosa de ustedes.

Vayamos al grano ¿Qué me quedó o dejó la presentación de Los Hermanos Bermúdez? Posiblemente una disparidad de criterios. Eso de reforzar la música oriental con la tambora de la gaita no la entendí. No veo con buenos ojos que me «envenenen» la gaita, ellos, los orientales, tampoco aceptarán que lo hagan con la música oriental.

Hasta donde sé, a muchos folcloristas no les gusta que le modifiquen la raíz a lo suyo, incluyendo instrumentos atípicos, justamente lo que exigimos los zulianos cuando defendemos nuestra gaita. No queremos periquitos extraños dentro de la gaita. Lo mismo acontece en el ánimo de los orientales. Esos ensayos ya se dieron en el pasado y no cuajaron.

*** A cualquiera de mis amigos de Cabimas. ¿Quién me puede informar sobre Marcos Borregales? No lo siento por lado alguno. A menos que esté fuera del país. Un amigo como Marcos se hace notar en todos los sentidos.

¡Quedó escrito. Epa, ya está. Nos vamos!

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