¿Otro modelo de capitalismo?

19 de diciembre, 2016 - 2:26 pm
Eduardo Mármol

Este, no es el mismo capitalismo de hace tres años, y particularmente menos, él de hace tres meses. A partir de la desaparición física de Hugo Chávez, comandante del proceso bolivariano, antiimperialista y de liberación nacional, el imperialismo ha lanzado un globo de ensayo sobre Venezuela, de lo que parece ser un plan macabro, para ser aplicado en varias regiones del mundo.

El mencionado plan consiste en modificar, sustancialmente a su favor, lo que Carlos Marx, llama en su obra cumbre, la composición orgánica del capital, que relaciona el capital invertido en medios de producción y el capital desembolsado en el pago de salarios a los trabajadores; es una síntesis entre el capital constante y el capital variable que establece la contradicción entre el capital dispuesto para los medios de producción, y su contraparte en el pago de la fuerza de trabajo.

Karl Marx en su obra El Capital denomina composición orgánica del capital a la relación entre el capital constante y el capital variable. O sea, a la relación entre la masa de capital invertida en medios de producción y la invertida en fuerza de trabajo.

La composición orgánica del capital es la síntesis de la composición de valor del capital (proporción entre capital constante y capital variable) y la composición técnica del capital (proporción entre medios de producción y fuerza de trabajo) en tanto la primera refleja los cambios que experimenta la segunda.

La fórmula de la composición orgánica del capital (COC) es c: v. Por ejemplo, si el capital es 2.000c+400v, la composición orgánica será 5:1. Puede ser vista a través del cociente entre el capital constante (C) y el capital variable (V) CO C = CV. La composición orgánica del capital se modifica a través de reestructuraciones técnicas, como en los cambios en los precios de los medios de producción y de los salarios. Al respecto Marx demuestra que en el desenvolvimiento de la acumulación de capital, el desarrollo tecno-industrial provoca el aumento acelerado en la inversión en medios de producción (maquinaria, edificios, materia prima, materias auxiliares, insumos) respecto a la inversión en fuerza de trabajo, lo cual ocasiona un aumento en progreso de la composición orgánica del capital y por consiguiente un descenso en la tasa de ganancia. Basándose en esta realidad Marx estableció que la tendencia al aumento de la composición orgánica del capital explicaba la tendencia a la baja tendencial de la tasa de ganancia que es uno de los elementos causales de las crisis capitalistas.

El imperialismo, tiende a establecer en el mundo un nuevo modelo que sobrepasa con creces al neoliberalismo; ese modelo reduce el capital invertido en el pago de la fuerza de trabajo del 9% a más o menos un 3% de la ganancia neta del capital, además de aplicar una liberación de precios de los comestibles y de toda la mercancía que consume la clase obrera, mediante esta abrupta alteración de la composición orgánica del capital revierte la reducción de la tasa de la ganancia, al tiempo que extrema la explotación, a costa de posesionar otra vez la pobreza y la miseria en países que ya habían superado esos terribles males causados por el modo de producción capitalista, a ese modelo, que está siendo aplicado a Venezuela, lo estamos llamando ultra liberalismo.

En Venezuela no tenemos una economía desarrollada: la producción agrícola, la minería y la producción energética, se encuentra en su más baja producción, sector primario; la producción de bienes, industria, construcción y manufactura; en el sector secundario es muy poco el desarrollo, y en el terciario, de los servicios, comercio bancos, educación cultura, servicios de persona a persona, es donde se da la mayor actividad. O sea que tenemos una crónica dependencia de la importación, donde pulula la corrupción.

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