La patria grande genera la solidaridad, el compromiso, la responsabilidad mutua, la unión entre individuos y esto implica la idea de la colectividad, que es comunidad de miembros que forman una sociedad, que son los pueblos considerados en conjunto.
No se puede concebir, patria grande reducida a un individuo, la patria grande es una resultante, cuyos componentes son los individuos. En ella las costumbres, la lengua castellana, los hábitos, los sentimientos y sensaciones; nos llevan a la vida en común y esto tiende a desenvolver una comunidad, que es acrecentada por los lazos de la sangre, que nos llevan a contraer caracteres comunes, y eso, nos hace solidarios unos con otros, llegando hacernos miembros de un mismo cuerpo que se funde en el amor.
Del desenvolvimiento de los conocimientos del comercio, de la industria, nacen nuevas necesidades, que nos impulsan a viajar y los pueblos se penetran mutuamente, desarrollando sus individualidades y al mismo tiempo absorbiendo y englobando las individualidades vecinas, formándose nuevas alianzas y uniones.
Educada toda la sociedad, bajo el amor, que todo lo iguala; desaparecen las vallas, las fronteras, que nos ponen obstáculos el progreso y regida esa educación, por un consejo y un código de moral; ya no encontrará nadie más vallas, que le obstruyen su camino a la práctica del amor.
El amor a la igualdad nos lleva a la fraternidad, todas y todos más o menos, tenemos igualdad de satisfacciones, ya que sin que nadie pueda eludirse, todos sentimos las mismas necesidades por la existencia.
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