La clase media positiva

11 de mayo, 2015 - 4:16 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Al llegar Hugo Chávez al poder, uno de los vértices de su programa de gobierno fue el de rescatar el poder adquisitivo de la clase media venezolana, detener su empobrecimiento y brindarle la oportunidad de poder progresar mediante un sistema de controles y beneficios para lograr el cometido, debido a que el gran objetivo de la clase media ha consistido por años en tener la posibilidad de brindar a sus hijos alimentación, techo, salud y buenas opciones de estudios para que, cuando lleguen a adultos, puedan progresar.

Podríamos dar un debate extenso acerca del cumplimiento o no de los objetivos del fallecido presidente, pero no es mi propósito hacerlo. Mi intención no es más que hacer una reflexión con mucho respeto acerca del rol que juega y debe jugar la clase media venezolana ante las adversidades del presente, en la defensa de la estabilidad de un país que nos pertenece a todos.

No reconocer que afrontamos tiempos difíciles es un desatino, pues estamos viviendo desafíos de una crisis económica considerable, que ha impactado el ritmo de nuestras vidas. Sin embargo, muchas personas cuando leen o escuchan la palabra crisis suelen asociarla con una calamidad, el caos, el desastre, un problema, desgracias, desempleo o la ruina. Es una palabra que, sin duda, produce muchos dolores de cabeza para quien no tiene la información y la visión adecuada ante una situación aparentemente difícil. Es natural que una persona que no esté preparada para ese cambio pueda ver todo a su alrededor como una adversidad. La crisis es una situación que nos avisa que ha llegado el momento de hacer un cambio urgente en algo, es la hora de tomar una decisión, pero depende mucho de la actitud de la persona ante una circunstancia en particular.

Quedar paralizados ante una crisis es una actitud completamente normal cuando no tenemos ni la educación, ni la preparación adecuada para responder de manera positiva ante esa dificultad. Cuando hablo de educación y preparación no me refiero únicamente al hecho de tener un título universitario, sino de utilizar nuestros mejores recursos, conocimientos y talentos como persona para solucionar ese problema satisfactoriamente.

Ya se ha tornado costumbre saber que algún vecino, un amigo, un familiar cercano, algún conocido ha empacado y se ha dispuesto a abandonar la patria para probar suerte en otras latitudes, y quizás sea una alternativa de progreso individual y familiar encomiable y hasta valiente, pero gran parte de lo que aún llamamos clase media nos hemos convencido que donde algunos ven la crisis otros vemos la fuente de muchas oportunidades.

Cuando nos enfrentamos a un problema o a una situación difícil, es la oportunidad para demostrar con nuestros conocimientos, nuestros recursos, nuestras habilidades y talentos quienes somos en realidad y qué sabemos hacer. En este país mágico, mosaico de culturas y proezas está nuestro destino, nuestro rumbo, nuestras esperanzas y nuestro futuro, la clase media positiva forjará la Venezuela del mañana, y estaremos en primera fila para contemplarla.

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