En Venezuela para este año hay dos procesos electorales, las regionales y la conformación de la Asamblea Nacional Constituyente, donde se registraron 52.055 aspirantes, quienes deben recoger el porcentaje de firmas correspondiente a su tipo de postulación sectorial o territorial.
Una vez que se formalice la inscripción ante el Consejo Nacional Electoral, se inicia la contienda para escoger a 545 constituyentistas, ¿pero quiénes llegarán a la meta?
Ganarán los que posean una estrategia clara que organice la campaña, que les indique qué hacer, dónde, cómo y con quién.
La estrategia se concreta a través de un plan de campaña, que es un documento escrito, no público y conocido por pocos, diseñado e implementado por especialistas.
La palabra estrategia es prestada por los militares al campo político, al igual que los términos campaña, táctica, ataque, contraataque, comando y comité, por ejemplo los partidos políticos norteamericanos se refieren al lugar donde interactúan los miembros de su equipo electoral como la sala de guerra “war room”.
Sobre esa relación entre el ámbito militar y político Sir Winston Churchill, político y estadista británico, manifestó: «la política es más peligrosa que la guerra, porque en la guerra sólo se muere una vez». La hora, la causa y el lugar de su muerte en el campo electoral, va depender de su estrategia.
Afínquese en tratar temas donde tenga más dominio, imponga su agenda política, previo análisis de contexto, mantenga la iniciativa, marque el ritmo político de la campaña, que sus propuestas sean las primeras, atraiga a sus contrincantes a sus temas, sea proactivo y no ser reactivo, el que pega primero, pega dos veces.
La planificación, la organización y la previsión deben reinar un sus movimientos y deben plasmarse en el plan estratégico, donde estén claros los objetivos y tácticas que le conduzcan el éxito, recuerde que quien mucho abarca poco aprieta, así que concéntrese en las ideas más importantes para sus electores.
Tenga en cuenta la unidad de mando de su comando de campaña y delegue funciones, no secuestre las responsabilidades porque nadie es un pulpo, cada miembro del equipo debe conocerse y tener sus ámbitos de acción claros.
Todo su comando electoral debe tener claro quién dirige cada proceso, las estructuras deben ser respetadas, nunca el ratón debe perseguir al gato.
Concentre sus esfuerzos políticos en su ámbito sectorial o territorial, donde está su target electoral, así reducirá las posibilidades de derrota.
Quien tenga como regla principal el trabajo en equipo, proyecte una imagen mediática favorable, posea una maquinaria electoral (aceitada con recursos económicos) y una estrategia definida en un plan de campaña, lleva ventaja.
En campaña, los errores se pagan muy caros, no se arriesgue y busque a un experto en estrategias para que lo asesore en el diseño e implementación de la estrategia que le garantice el triunfo.
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