Entreveo

23 de agosto, 2015 - 3:34 pm
Redacción Diario Qué Pasa

El cura Palmar recientemente emitió a través de un tuit, el siguiente mensaje: «¡¡¡A este narcorégimen hay que tumbarlo ya!!! Me declaro GOLPISTA y conspirador. Reto al imbécil de Maduro a que me ponga preso si es varón».

Asimismo Ramos Allup, en declaraciones por medios de comunicación a propósito de la inscripción de candidatos de la MUD ante el CNE, de manera descompuesta, con visible arrebato de histeria llamó a los militantes, simpatizantes y amigos del proceso revolucionario «canallas». Por lo consiguiente, cuando oímos y vemos a la dirigente María Corina Machado dirigirse al país, vocifera con odio y encono indisimulable.

Igual el jefe de la MUD «Chúo» Torrealba, quien habla con desconcierto, radicalizado, como reafirmando su don de «mando»,desconocido por la mayoría de los que pretende dirigir; en fin es el estilo perverso, irremediable de hacer política la oposición venezolana. Inconveniente para la Democracia.

Ahora bien, nadie que con alguna objetividad observe y analice el comportamiento psicosocial de la oposición y sus dirigentes políticos, podrá soslayar el denominador común de tal comportamiento: el fatídico odio; es decir, la actitud de repulsión hacia todo lo que parezca o huela a pueblo, a chavismo. Es la aversión, la antipatía intrínseca en la respuesta política, demandada por la polémica democrática suscitada en el país; es la relación inamistosa teñida de disgusto la que determina el activismo político de la oposición MUDista, que aún no le dice nada a sus copartidarios y mucho menos a nuestra sociedad, respecto de un proyecto sociopolítico propio, alterno al Estado Democrático y Social, de Derecho y Justicia. El opositor inducido por la estrategia del odio, votacontra el chavismo.

Estoy persuadido de que la conducta descrita tiende a agudizarse, cuando en coyunturas políticas que determinan el acceso o no al Poder —que buscan denodadamente— el pueblo democráticamente, los derrota tornando inalcanzable tan ansiosa aspiración. Ejemplo de ello, la «arrechera» del infausto Capriles; la coyuntura perturbadora de hoy esla inminente derrota del próximo 6-D, todos los análisis políticos, así lo indican, ellos y sus amos los saben, he allí,la exasperación de los personajes prenombrados.

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