El Imau huele mal y no es por la basura

27 de enero, 2014 - 3:28 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Hace años que el Imau ha debido aplicar un modelo de gestión para la recolección y el tratamiento de los residuos y desechos sólidos de Maracaibo. No solo nunca lo hizo sino que hoy se muestra como un organismo fuera de control, sin rumbo, con un olor a podrido que no viene de la basura.

La trama escandalosa apunta a que ha pasado a ser caja chica de los gobiernos de turno, donde se financia desde un hobby o caprichito hasta la lujosa estancia de privilegiados fuera de nuestro país. Alarmantes son las informaciones y denuncias que recibimos de lo que ha pasado en los últimos años. De su desmantelamiento e inoperatividad, de la pérdida de la cultura organizacional que alguna vez tuvo, de su desplome como institución regional para aliviarnos de la basura.

Hay hitos en esta historia que las escuelas de administración y de urbanismo de LUZ deberían estudiar para conservar un expediente de lo que nunca más deberíamos repetir. Por ejemplo, la recisión del contrato a una operadora de basura, sin tener un plan alterno bien estructurado, la contratación indiscriminada de empresas sin experiencia, pero propiedad de amigos y testaferros. No lo dice Henry Ramírez. Lo dicen los sucesivos informes de la Contraloría Municipal desde el primer año de gestión de Rosales.

En el primer trimestre del año 2009 se contrataron empresas no inscritas en el RNC, o al menos no actualizadas, que disponían camiones a los cuales se empotraron las cajas compactadoras propiedad del municipio, para que las empresas pudieran cobrar por sus servicios. Dice la contraloría que el municipio disponía ese año de 146 unidades compactadoras, de las cuales Imau tenía en custodia 32, veinte de ellas operativas. Funsama: 55 unidades de las cuales 12 funcionaban y 43 en reparación. Caico contaba con 11 camiones de su propiedad ensamblados con cajas compactadoras propiedad del Imau. Cargoven S.A.: 28 camiones con 28 compactadoras pertenecientes al Imau. La empresa Transbasuca: propietaria de 13  camiones con sus respectivas compactadoras operativas, el IMA (que fue casi eliminado) también hace recolección en 7 unidades compactadoras. Ese año comenzó el festín de la basura que ha sido lomito para un cogollo que dispuso de activos del municipio y dejó porquería e inmundicia para Maracaibo.

Un año después (2010) la misma Contraloría Municipal denuncia que estos camiones compactadores ya no existían o dejaron de funcionar. En su informe nos deja esta perla: «… de 522 obreros que conforman la nómina del Imau se evidenciaron 303 tripulantes y 107 choferes para solo cuatro (4) unidades de recolección operativas» (…) se estableció una alianza estratégica entre el Imau y las empresas Turagual, C.A. y Cargoven, C.A., donde el instituto acuerda facilitar a las empresas un total de setenta obreros (…) ahora bien se pudo constatar que las empresas utilizaron ciento ocho (108) obreros del Imau, cuyo costo es aproximadamente Bs. 6.113,60 mensuales por hombre, lo que hace un monto trimestral de Bs. 1.980.806,40; mientras que se obtuvo por retribución de acuerdo a lo convenido Bs. 803.400,00 evidenciándose una diferencia de Bs. 1.177.406,40, dando lugar a la incorrecta utilización de los recursos de la institución lo que a su vez afecta el patrimonio público municipal.

Así llegamos al desastroso estado en el cual estamos desde 2012. En estos dos últimos años la situación ha ido a peor. Las denuncias que nos llegan presentan serios y abundantes indicios de hechos de corrupción, tráfico de influencias, cobro de comisiones y todo tipo de tropelías, como la vagabundería de hacer 10 viajes al relleno y facturarle 100 al Imau que alegremente se prestaba para el fraude. No sirve Alcaldesa escudarse tras el clima de diálogo que el presidente Maduro ha venido forjando. Díganos cuánto le cuesta a los maracaiberos el servicio y una institución que nos contamina las calles y la vida pública con el mal olor de basura en descomposición y guisos y contubernios que parece dan dividendos en dólares. Detrás de la basura hay algo que huele peor y cuyos vapores de hedor salen de las instalaciones del Imau.

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