Carnaval de tristezas

28 de febrero, 2017 - 2:52 pm
Jose Lombardi / @lombardijose

Para los venezolanos escuchar la palabra «carnaval» es significado de playa, diversión, disfraces, globos con agua, alegría, entre otras cosas. Son aproximadamente cinco días de distracción para cualquier familia venezolana, sin embargo, pensar en alegría y diversión en un país en donde los niños fallecen por desnutrición no luce razonable.

En conversaciones con varios amigos analistas y políticos activos, tratamos de reflexionar y entender las causas que justifican la celebración de una fiesta colectiva en medio de un caos social, teóricamente existen muchas explicaciones al respecto, pero pudiera atreverme a resumirla en una evasión de la realidad por falta de madurez.

A pesar de haber transcurrido más de 200 años de la independencia y el triunfo de los preceptos republicanos, nuestro país no ha logrado mantener una línea sustentable en el tiempo que garantice las reglas fundamentales del concepto de Republica, que a mi modo de ver se simplifica en el respeto a lo público, lo que nos pertenece a todos, la nación como un todo que debe funcionar a través del sagrado cumplimiento de la ley, garantizado por la independencia de las instituciones del Estado que junto a los ciudadanos logran el equilibrio perfecto para alcanzar el éxito de la nación.

Mientras los integrantes de una sociedad común, especialmente las elites, no asimilen el rol que tienen dentro de ella será muy complicado alcanzar una verdadera Republica, el tiempo seguirá transcurriendo y quienes detentan el poder de turno serán los que coloquen al Estado a su servicio particular.

El reto para la Venezuela de los próximos siglos tiene que ser la construcción de una base de ciudadanos comprometidos con el País en todos sus aspectos, sin importar el lugar que se ocupe o el lugar donde se este, lo importante es que exista alguna conexión que permita serle útil, tal como acertadamente Jonhn F. Kennedy lo expreso en su famosa frase «no te preguntes que puede hacer tú país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tú país».

Hoy nuestro tradicional carnaval está lleno de tristezas y así queramos irradiar alegría, esta será una fachada que oculte la verdadera tragedia que hoy padecemos, como cualquier disfraz carnavalesco, los venezolanos nos colocaremos el antifaz y junto a los pitos y matracas trataremos de olvidar por unos días la terrible situación que nos agobia.

Como todo inicio tiene un fin, el carnaval terminara y llegara la hora de guardar el antifaz, será una nueva oportunidad para iniciar un proceso de consolidación de la Republica, y esperar que el próximo carnaval deje de ser una fachada para convertirse en una verdadera celebración.

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