Cambio en paz

30 de mayo, 2016 - 3:24 pm
Redacción Diario Qué Pasa

La palabra «diálogo» invade nuevamente el escenario comunicacional, la última reunión del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), encabezada por el papa Francisco, concluyó en la necesidad imperiosa del diálogo para resolver los conflictos políticos, económicos y sociales que atraviesa América Latina, haciendo énfasis en Venezuela, Brasil, Bolivia y Argentina.

El diálogo, según el propio papa Francisco, es fundamental para refundar el vínculo social y político que se ha quebrado, para ello es necesario apelar a la ética de la solidaridad y «generar una cultura del encuentro, ante la cultura del fragmento».

Recientemente salieron publicadas dos encuestas que a mi modo de ver se traducen en el deseo mayoritario de los venezolanos en alcanzar un cambio en paz; por un lado, la encuestadora Hercom publica que 82,25% de los entrevistados consideran que debe haber un cambio de gobierno este mismo año, mientras que Hinterlaces afirma que el 88% de los venezolanos apoya una mediación del papa Francisco para el diálogo.

Ambas encuestas revisten con claridad el deseo de los venezolanos, ahora bien, la pregunta es ¿cómo lograr un cambio en paz en Venezuela? La respuesta la tiene cada venezolano en su interioridad, especialmente aquellos que ocupan cargos de responsabilidad y direccionamiento (Gobierno, oposición, gremios, universidades, sindicatos, ONG, iglesia, fuerzas armadas, TSJ, CNE, etc.) colocar el interés nacional por encima de los intereses mezquinos particulares.

La crisis de valores, en especial el egoísmo, nos está asfixiando y nos arrastra a la indiferencia, en días pasado asistí a una concentración en el CNE, supuestamente convocada por todos los factores de la MUD para reclamar la agilización de los tiempos en la convocatoria del referéndum revocatorio, en ella fui testigo de la poca asistencia y falta de espontaneidad, estimo que el 99% de los asistentes fue movilizado con el agravante que no todos los partidos políticos participaron.

El padre Ugalde, en un reciente artículo, escribió: «Las rivalidades políticas son un hecho y la solidaridad una necesidad de vida o muerte. No tendremos república sino sabemos combinar las dos cosas, y no habrá vida si nuestra solidaridad efectiva no es capaz de trascender las fronteras de las rivalidades y de los rechazos políticos».

El escepticismo que nace del «yo» egoísta ha cubierto con su manto oscuro a la esperanza, cerrándole el paso a la posibilidad fraterna y solidaria del diálogo entre «nosotros» urge recuperar la confianza en las potencialidades bondadosas del ser humano, ojalá podamos superar la crisis en paz, evitando de esta manera peores sufrimientos.

En el libro De la Dictadura a la Democracia de Gene Sharp nos plantea: «Las rebeliones violentas desencadenan violentas represiones que con frecuencia dejan a la población más indefensa que antes. Sin embargo, cualesquiera que sean los méritos de la opción por la violencia, un punto está claro. Al depositar la confianza en los medios violentos, se ha escogido precisamente el modo de lucha en el cual los opresores casi siempre tienen la superioridad».

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